Taller de lectura de microrrelatos

Hola!

Mañana por la tarde voy a dar un tallercito para celebrar el día de la lectura en la biblioteca pública Infanta Elena. Se trata de un acto abierto a todo el mundo, gratuito, y enfocado para público general, no para escritores. Creo que en un principio se pidió a los asistentes que se registraran, pero el cupo inicial se ha superado con creces y al final he conseguido plantearlo para que venga quien quiera (siento haber avisado con tan poco tiempo, hasta hoy mismo no he podido solucionarlo).

En fin, creo que el taller puede estar curioso. Se trata de dar a conocer autores y obras de este género que es bastante desconocido para mucha gente, y que como alguna ya sabe por aquí, a mí me fascina. No es una actividad lgtb, por eso lo coloco aquí (a menos que cuente el hecho de que la chica que lo imparte sea bollo perdida ). Si alguien se anima... me encontrará por allí a partir de las 6 de la tarde, como siempre, con mucho cuento.

Saludos.

jo, me encataría ir!!!
pero es que tanta ocupación me obliga a perdérmelo.
que salga muy bien!
besitos
valle

¡Q pena dios mio!! con tantas evaluaciones esta semana me es imposible todo!!!!

Otra que lo siente muchísimo, pero no puedo ir. Qué pena, con lo que me gusta el cuento que le echas a todo

Pues a mí me encontrarán a esa hora en el trabajo, como siempre, que estoy de trabajo que ni te cuento..

Yo también trabajo, sorry

Tia, podias hacer algun minitallercillo en la asociación

Secundo a Ara. Si estás dispuesta habla con Maribel o conmigo (si ella está muy liada con las oposiciones)
besos
valle

Ah, pues yo encantada! De hecho lo había pensado, pero no estaba segura de si encajaría.

Se me ocurre que le podría dar una vueltecilla para meter todo el tema de las convenciones literarias (géneros, heterosexismo... etc.), al ser textos tan abiertos en los que el lector puede entender lo que le dé la gana.

Antes de que se asuste nadie o eche para atrás: el taller de ayer fue genial y nos reímos todos mucho, eh? No es nada técnico, ni para escritores, ni nada.

Ala! Que guay! Que guay! Yo me apunto!

me apunto!! me apunto!! llevaré un microrrelato de Max Aub guapísimo...

a ver si lo encuentro...

no me he podido resistir...para ir abriendo boca o para ir dando el empujoncito necesario para que este taller se lleve a cabo...
es un texto de Crimenes ejemplares de Max Aub...me encanta!...habría muchas cosas que comentar de este texto...pero eso lo dejamos para el taller... a ver si os gusta...además con el frio que hace viene al pelo...

Hacía un frío de mil demonios. Me había citado a las siete y cuarto en la esquina del Venusitano Carranza y San Juan de Letrán.
No soy de esos hombres absurdos que adoran el reloj reverenciándolo como una deidad inalterable. Comprendo que el tiempo es elástico y cuando le dicen a uno a las siete y cuarto, lo mismo da sean las siete y media.
Tengo un criterio amplio para todas las cosas, siempre he sido un hombre tolerante: un liberal de la vieja escuela. Pero hay cosas que no se pueden aguantar por muy liberal que uno sea. Que yo sea puntual a las citas no obliga a los demás sino hasta cierto punto; pero ustedes reconocerán conmigo que éste punto existe.
Ya dije que hacía un frío espantoso. Y aquella condenada esquina estaba abierta a los cuatro vientos.
Las siete y media, las ocho menos veinte, las ocho menos diez, las ocho. Es natural que ustedes se pregunten porqué no le dejé plantado. La cosa es muy sencilla: yo soy un hombre respetuoso de mi palabra, un poco chapado a la antigua, si ustedes quieren, pero cuando digo una cosa, la cumplo. Héctor me había citado a las siete y cuarto y no me cabe en la cabeza faltar a una cita.
Las ocho y cuarto, loas ocho y veinte, las ocho y veinticinco, las ocho y media; y Héctor sin venir. Yo estaba positivamente helado: me dolían los pies, me dolían las manos, me dolía el pecho, me dolía el pelo. La verdad es que si hubiese llevado mi abrigo café, lo más probable es que no hubiera sucedido nada. Pero ésas son las cosas del destino y les aseguro que a las tres de la tarde, hora en la que salí de casa, nadie podía suponer que se levantaría aquel viento.
Las nueve menos veinticinco, las nueve menos veinte, las nueve menos cuarto. Tránsido, amoratado.
Legó a las nueve menos diez: tranquilo, sonriente y satisfecho. Con su grueso abrigo gris y sus guantes forrados:
- ¡Hola, amigo!
Así, sin más. No lo pude remediar: le empujé bajo el tren que pasaba.

jijijijijji

Buena idea. Mª José, lo hablamos ¿vale?

No os pongáis ahora con el ansia a llenar esto de microrelatos, que luego os quedáis sin ninguno para el taller. ¡Ansiosas!, ¡que sois unas ansiosas! ¡Y tú la que más, maestra jopera!

jajajajajajja ...como me vas conociendo, Maribel....melón tajá en mano!!!

Qué grande, los "Crímenes ejemplares" de Max Aub!

No añado ninguno para no quedarme sin material, pero hay muuuuuuuuuuuuuuuuucho donde rascar. Ya veréis...