OBAMA,UN PASITO ADELANTE

El presidente Obama firmó ayer una orden presidencial que extiende los derechos de los que gozan las parejas de los empleados federales homosexuales. Sin embargo, el gesto es sobre todo simbólico, ya que no incluirá los principales programas públicos, como el de la cobertura sanitaria o las pensiones de jubilación, pues existe una ley federal que lo prohíbe de forma expresa.
El cambio servirá, por ejemplo, para que un empleado público pueda ausentarse del trabajo si su compañero está enfermo, o para calcular el número de personas que forma la unidad familiar en los casos en los que el alojamiento esté incluido en el sueldo, o sea subvencionado.
Según los analistas, la decisión tiene como objetivo calmar la frustración que existe en la comunidad “gay” por el incumplimiento de algunas de las promesas que Obama realizó durante la campaña electoral, cuando se presentó como un defensor de los derechos de los homosexuales en el país, y prometió “luchar duramente” para conseguir sus reconocimiento.

“Este día marca un paso histórico hacia los cambios que buscamos, aunque tengo que reconocer que este es sólo un paso”, declaró el presidente en una rueda de prensa para la ocasión.

No obstante, el anuncio ha sido acogido de forma tibia por parte de los activistas gays, pues lo consideran insuficiente. "Extender los derechos a las parejas de los empleados federales gays es fantástico, pero en este momento, él está bajo una enorme presión por parte de la comunidad gay después de haber prometido la luna, y no haber hecho nada hasta ahora", ha declarado a The New York Times Richard Socarides, un consejero de Bill Clinton en asuntos relacionados con la comunidad homosexual.
Don't ask, don't tell
En concreto, los activistas homosexuales se sienten decepcionados porque hasta el momento la administración no ha dado ningún paso para abolir la normativa que prohíbe a los miembros homosexuales del ejército expresar de forma abierta su orientación sexual.
La norma, conocida como “don't ask, don't tell” (“no preguntes, no digas”), fue adoptada durante la presidencia Clinton, y prohíbe a los militares homosexuales cualquier muestra de su homosexualidad, y a los mandos el llevar a cabo una investigación sobre la orientación sexual de sus subordinados.
“El presidente está de acuerdo que esta norma no ha avanza nuestros intereses nocionales, está comprometido a cambiarla, y trabaja con el Secretario de Defensa, y los jefes mayores del ejército para hacerlo posible”, declaró el mes pasado el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, que se negó a ofrecer un plazo de tiempo para el cambio de esta política.
Asimismo, también lamentan el celo mostrado por la Casa Blanca en la aplicación de la llamada “Ley de la defensa del matrimonio”, a la que Obama dijo oponerse durante la campaña.
Esta legislación establece el gobierno federal no debe “tratar las relaciones entre personas del mismo sexo como matrimonios”, aunque así hayan sido reconocidos por algún estado. Es decir, impide al gobierno el reconocimiento de los matrimonios entre gays celebrados en alguno de los seis estados que acepta esta práctica...
ELMUNDO.ES 18/06/09