Mi madre es lesbiana y es feliz, ¿y la tuya?
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Mi madre es lesbiana y es feliz, ¿y la tuya?
"Mi madre es lesbiana y es feliz, ¿y la tuya?"
Guillermina y Estela sufrieron rechazo por su matrimonio
Guillermina y Estela / XdG
Xornal.com
Actualizado 14/06/2009 - 16:17 h.
La santiaguesa Guillermina Vázquez se denomina como “mujer, feminista, historiadora y lesbiana”. Esta profesora de instituto fue la comidilla de los vecinos de Compostela hace una década cuando, un tiempo después de haberse divorciado de un marido con el que pasó 18 años y tuvo tres hijas, inició una relación con una mujer, Estela.
Por aquel entonces, le daba incluso reparo salir a la calle. “En 15 días, los comentarios llegaron hasta Vigo”, recuerda. Tanto su ex esposo como el resto de su familia eran conocidos en la capital gallega, ya que su padre tuvo negocios de hostelería. Aún hoy en día se corta a la hora ser cariñosa con su pareja por la calle.
Guillermina sufrió por todos esos comentarios, pero lo que más le preocupaba eran sus hijas. En aquel momento tenían 17, 16 y 7 años y escucharon muchos comentarios ofensivos en el colegio. Con todo, la madre cuenta que las tres chicas lo llevan con normalidad y recuerda una anécdota de la pequeña. “Cuando tenía 12 años, una compañera de clase le dijo: ‘Tu madre es bollera’. Ella respondió: ‘Sí, es lesbiana y es feliz, ¿y la tuya?”.
Ademas de que están enamoradas y querían legalizar su situación por si surgía cualquier imprevisto, Guillermina y Estela decidieron casarse al poco tiempo de aprobarse el matrimonio gay a modo de reivindicación. Fue de las primeras bodas de lesbianas que se celebró en Galicia, en el concello de Santiago. Ofició el acto la edil socialista Mercedes Rosón y estuvieron arropadas por familiares y amigos.
Precisamente, gracias a salir del armario, Guillermina supo quienes eran sus verdaderas amistades; muchas personas dejaron de relacionarse con ella. También lo pasó mal con otros compañeros de trabajo. Esta profesora tiene la “sensación” de que su condición sexual es el motivo por el que la han “defenestrado” profesionalmente. Pasó de impartir clase presencial a dar las lecciones a través de internet en el Bachillerato a distancia, una modalidad en la que, asegura, “se pierde la esencia” de la enseñanza.
Guillermina y Estela sufrieron rechazo por su matrimonio
Guillermina y Estela / XdG
Xornal.com
Actualizado 14/06/2009 - 16:17 h.
La santiaguesa Guillermina Vázquez se denomina como “mujer, feminista, historiadora y lesbiana”. Esta profesora de instituto fue la comidilla de los vecinos de Compostela hace una década cuando, un tiempo después de haberse divorciado de un marido con el que pasó 18 años y tuvo tres hijas, inició una relación con una mujer, Estela.
Por aquel entonces, le daba incluso reparo salir a la calle. “En 15 días, los comentarios llegaron hasta Vigo”, recuerda. Tanto su ex esposo como el resto de su familia eran conocidos en la capital gallega, ya que su padre tuvo negocios de hostelería. Aún hoy en día se corta a la hora ser cariñosa con su pareja por la calle.
Guillermina sufrió por todos esos comentarios, pero lo que más le preocupaba eran sus hijas. En aquel momento tenían 17, 16 y 7 años y escucharon muchos comentarios ofensivos en el colegio. Con todo, la madre cuenta que las tres chicas lo llevan con normalidad y recuerda una anécdota de la pequeña. “Cuando tenía 12 años, una compañera de clase le dijo: ‘Tu madre es bollera’. Ella respondió: ‘Sí, es lesbiana y es feliz, ¿y la tuya?”.
Ademas de que están enamoradas y querían legalizar su situación por si surgía cualquier imprevisto, Guillermina y Estela decidieron casarse al poco tiempo de aprobarse el matrimonio gay a modo de reivindicación. Fue de las primeras bodas de lesbianas que se celebró en Galicia, en el concello de Santiago. Ofició el acto la edil socialista Mercedes Rosón y estuvieron arropadas por familiares y amigos.
Precisamente, gracias a salir del armario, Guillermina supo quienes eran sus verdaderas amistades; muchas personas dejaron de relacionarse con ella. También lo pasó mal con otros compañeros de trabajo. Esta profesora tiene la “sensación” de que su condición sexual es el motivo por el que la han “defenestrado” profesionalmente. Pasó de impartir clase presencial a dar las lecciones a través de internet en el Bachillerato a distancia, una modalidad en la que, asegura, “se pierde la esencia” de la enseñanza.
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